Cortinas: visillos y persianas venecianas

Los visillos

Podemos utilizar las telas más finas como la gasa, la muselina, la batista e incluso telas brillantes como la seda o el organdí para confeccionar unos visillos.
La función de éstos es matizar la entrada de la luz sin actuar como barrera. También podemos usarlos con efectos decorativos formando efectivos drapeados que darán un aire romántico al espacio.
Utilizando un visillo de color conseguiremos que la luz que entre a través de la ventana adquiera una tonalidad que ayudará de forma muy efectiva a dar ambiente al espacio. Podemos confeccionar visillos como si de cortinas se tratara, pero también podemos probar nuevos efectos con drapeados o tensando la tela mediante un marco rígido u otros sistemas que tengamos a nuestra disposición.

 

















Las persianas venecianas

Pueden fabricarse en madera, metal, tela o plástico, aunque las que proporcionan un acabado más cálido son las de tela. Se basan en tiras dispuestas horizontalmente, con un sistema que permite regular su inclinación al mismo tiempo que la abertura de la persiana.
Este tipo de composición confiere gran calidad estética a las ventanas y a los espacios en los que se encuentran.
Las persianas venecianas nos permiten regular la luz mediante la inclinación de las tiras horizontales, al mismo tiempo que modificar la altura subiéndolas o bajándolas.
Tienen un aspecto moderno y funcional, lo que permite que se adapten muy bien a espacios de líneas simples y limpias. Pueden colocarse también entre los dos cristales de una ventana aislante, lo cual protege de la suciedad.