Quizá no siempre sepamos valorar las cualidades de las telas. No sólo se trata de un elemento de coste no muy elevado, sino que también nos permite cambiar la forma y disposición sin que esto suponga un coste adicional.
Pongamos como ejemplo en la funda de una silla o de un sofá. Podemos colocarla de formas distintas según sea el efecto que queremos conseguir. Si le añadimos unos lazos dará un aspecto romántico, atada con unas cuerdas proporcionará un ambiente natural, dispuesta para crear formas rectas tendrá un acabado más moderno y funcional... en este caso, está en nuestras manos hacer que la tela sea un simple elemento decorativo más o adquiera importancia y protagonismo como elemento de decoración.
Las aplicaciones que podemos dar a las telas son infinitas, sólo limitadas por nuestra creatividad e imaginación. Podemos usarlas como nos enseña la tradición, en la mesa, la cama, las ventanas, las tapicerías... o aprovechar su capacidad decorativa para hacer que dejen de ser meros objetos funcionales y se conviertan en verdaderos protagonistas de la decoración.
En este y los siguientes artículos hablaremos de las cortinas, las tapicerías y las alfombras.
Las cortinas
Podemos usar cualquier tipo de tela para confeccionar unas cortinas, desde la fina seda o gasa hasta las telas más gruesas como la de saco.
Si nos inclinamos por usar materiales finos y éstos no satisfacen nuestras necesidades de protección de la luz y de la temperatura, podemos disponer de una segunda cortina con una finalidad puramente funcional.
En todo momento tendremos en cuenta que las cortinas estén en concordancia con el ambiente del espacio en el que se van a colocar y que mantengan coherencia con el resto de las telas que encontremos en la habitación. Podríamos decir que cualquier tipo de tela es válido para confeccionar unas cortinas. La elección vendrá determinada por el presupuesto del que dispongamos y por el estilo que queramos crear.
(Hay que recordar que para confeccionar cortinas hay que comprar una tela que mida el doble que la ventana que va a cubrir.)
Las telas naturales y lisas como el algodón confieren un aire fresco y moderno; las sedas, un ambiente romántico y delicado; los paños gruesos y con estampados recuerdan a los ambientes de época; la arpillera y la tela de saco sugieren estilos más rústicos... Tan importante como la tela es la forma en que se coloca, que viene determinada por la barra que utilicemos y por la forma en que la cortina se sujeta a ella. La elección de un tipo u otro determinará el estilo que queremos dar a la estancia.
Aquí hablaremos de los siguientes tipos de cortinas:
- estores
- enrollables
- venecianas
- visillos
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